Por Paloma Suzarte
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Hace 4 años, cuando cumplí 42, por primera vez en la vida mi regla se desordenó. Pasé dos meses sin menstruar y luego tuve un período más corto de lo habitual. Sin probabilidad de embarazo a la vista fui de todas formas a visitar a mi ginecólogo, le expliqué la situación y con la normalidad de quien dice buenos días me soltó un “a tu edad es normal, es la pre menopausia”. Honestamente quedé un poco shockeada porque me sentía tan joven, tan lejos de esa palabra.
Hasta ese momento la menopausia para mi era algo ajeno, algo que le pasaba a las mujeres muy grandes, no había pensado en ella como algo que me sucedería pronto porque en mi lógica era algo que venía después de los cincuenta y me faltaban varios años para llegar ahí. Y por sobre todo no era algo que quería “padecer”. Sentí miedo, pero también mucha curiosidad.
Muy pocas veces había escuchado a mujeres más grandes hablar de esto en mi círculo cercano, lo clásico “los bochornos son espantosos”. Y sería. Jamás una reflexión profunda de lo que había significado este período en sus vidas, nunca lo incómoda o dolorosa que pudo resultar. Nada.
Buscando una novela en una librería me topé por casualidad con el libro de Francine Ooman y en seguida lo compré, primero porque soy lectora voraz y coleccionista de novelas gráficas y segundo porque era acerca de la menopausia!! Me fui feliz a mi casa y me senté a disfrutar de esta nueva adquisición.
Ya en la tercera página me bajó una angustia brutal. Resulta que no contenta con los bochornos, la menopausia te regala dolor de articulaciones, sequedad vaginal, taquicardias, cambios de humor, sensación de estar nublada, jaquecas y un larguísimo etc. Pero al avanzar las páginas me fui sintiendo menos mal porque Francine logra explicar con dibujos divertidos y didácticos de qué se trata esta novedad y no solo eso, además te da muchas, muchísimas esperanzas de que lo que se viene es también renovador en el mejor sentido de esa palabra. Ella vive en Noruega y probablemente jamás leerá esto, pero le quiero agradecer el haber ilustrado este libro que, al menos a mi, me hizo acercarme de buena manera a esta nueva vida, la de una mujer pre menopáusica (sé que a muchas les molesta esta calificación, a mí, después de leer a Francine, me fascinó la palabra y ahora la repito sin parar así, en mayúscula: MENOPAUSIA)
Si bien aún no llego ahí ya voy en camino, sintiendo cosas nuevas y con esta verdadera biblia menopáusica me siento acompañada. No solo la recomiendo, me parece que desde los 40 es lectura obligatoria para todas nosotras.
Francine se desarregla
Ediciones B
240 páginas